domingo, 3 de marzo de 2013

Ayuno intermitente (II)

La mayoría de las personas que practican una dieta paleolítica siguen también un ayuno intermitente. Como hay muchas formas de hacerlo, cada uno lo adapta a sus preferencias, costumbres o necesidades.

Es posible que el tema del ayuno te siga sonando raro, porque estamos acostumbrados a considerarlo tabú. Incluso si alguien no desayuna, suele ocultar esta información a los demás. Pero saltarse comidas puede ser realmente liberador y, como decía en la entrada anterior, tiene muchas ventajas para nuestra salud y bienestar en general.

Evidentemente, el ayuno intermitente no es recomendable para aquellas personas que tengan una condición médica particular o que sean proclives a padecer trastornos de alimentación. En la mayoría de la población, sin embargo, puede ser útil y beneficioso. Por supuesto, no es recomendable utilizarlo como excusa para comer de más dentro de los momentos en los que no se ayuna, pues perdería todo el sentido. Si tenemos que consumir 2000kcal en un día, no podemos pasar a 6000kcal sólo por estar "ayunando".

Actualmente tenemos el cuerpo sintonizado en el modo de anabolismo. Esto quiere decir que siempre le estamos aportando, permitiendo que almacene más y más. Esta situación no es buena ni mala, sino necesaria, pero en su justa medida. Para reajustarnos necesitamos un pequeño proceso de aprendizaje, de vuelta al origen. Aunque hay varias formas de ayuno intermitente, se suele recomendar empezar poco a poco, por ejemplo, retrasando el desayuno unas horas la primera vez. En otra ocasión, podemos simplemente saltarlo y consumirlo dentro de otra comida diferente o repartirlo, por ejemplo, entre la comida y la cena. Cuando ya nos sintamos más seguros es posible ayunar un día entero. A partir de ahí, depende de cada uno qué protocolo seguir. Algunos posibles son los siguientes:
-16/8. Se refiere a ayunar durante 16h y comer durante 8. Un ejemplo sería hacer la primera comida a las 14:00 y la última a las 22:00, todos los días de la misma manera.
-ADF (Alternate Day Fasting). Personalmente lo considero demasiado agresivo. Consiste en ayunar día sí, día no. Los días considerados de ayuno simplemente se consumen una pequeña parte de las calorías necesarias, sobre 500.
-5:2. Es similar a la anterior, pero no tan restrictiva, puesto que los días de ayuno son sólo 2 en toda la semana y no han de ser sucesivos. En Reino Unido se está empezando a hacer famoso dentro de la población general a raíz de un documental de la BBC, en el que un periodista pone a prueba el ayuno intermitente. Posteriormente, tras el éxito de la prueba, sacó un libro en el que explica el procedimiento, bajo el título de The Fast Diet.
-Aleatoriamente. Es tan sencillo como saltarse comidas de vez en cuando. Aunque lo más frecuente es saltarse el desayuno, como en el protocolo 16/8, deja a cada cual amoldarse a sus circunstancias.

En cuanto a la frecuencia de las comidas, no es importante en ninguno de los protocolos. Lo único importante es que escuches a tu organismo, poco a poco, y que veas cómo te sientes y cómo cambia tu cuerpo.

Te preguntarás si hago ayuno intermitente. La respuesta es que sí. Suelo hacer una versión de 16/8 y, de vez en cuando, un ayuno de 24h, que rompo con una pequeña comida al final del día.

¿Cómo se siente uno practicando esto? Pues bien, y, sobre todo, libre. El no pensar si se te echa el tiempo encima para desayunar o dejar de preocuparse por saltarse una comida, no tiene precio. Comiendo y viviendo de esta forma es más sencillo planificarse precisamente por la falta de planificación que ello exige. Es verdad que suena muy duro pero en realidad es mucho más sencillo que la recomendación de las cinco comidas diarias.

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