jueves, 30 de mayo de 2013

Regla 4. Levanta cosas pesadas.


Otra regla más para el lote. Aunque "levantar cosas pesadas" suena duro, no lo es tanto. En nuestro día a día evitamos coger peso bajo cualquier circunstancia. Si bien andar cargados no es bueno, tampoco lo es no hacerlo en absoluto. Tu cuerpo está preparado para coger peso, para mejorar al hacerlo y lo necesita. No es plan de que hagas lo mismo que el señor de la foto, pero sí que puedes incorporar ciertos movimientos a tu día a día.

Cambiar los muebles de sitio o llevar una maleta son ejemplos de lo que comentamos. Pero estas tareas no las hacemos con frecuencia. Hay otros gestos ordinarios que sí podemos modificar. Por ejemplo, en el supermercado, ¿realmente necesitamos un carro? A veces es suficiente con una cesta que nos hará llevar algo de peso. Si este es demasiado, por supuesto opta por un carro, que tampoco es cuestión de sufrir o dañarnos la espalda.

No tengas miedo de levantar algo, pero recuerda que debes hacerlo de forma correcta. Esto es, de cuclillas, con las piernas separadas y la espalda recta. Para elevarlo has de mover las piernas, no la espalda. Los músculos de las piernas son extremadamente fuertes y resistentes. Podrás sorprenderte viendo lo que eres capaz de levantar de esta manera sin un esfuerzo excesivo. La forma correcta de levantar peso no se debe confundir, por tanto, con el ejercicio de peso muerto rumano, que tiene otra función.

En el caso de que hagas algún entrenamiento de fuerza, con pesas o máquinas, es recomendable que sea corto. Lo ideal es que tus sesiones no pasen de 30 minutos y han de ser siempre de menos de 1 hora. Este tiempo debemos aprovecharlo para que las sesiones sean intensas. De esta forma aplicamos la expresión "darlo todo", sin medias tintas. Al gimnasio se va a entrenar, no a mirar las musarañas. Evidentemente los descansos entre series son necesarios, pero perder el tiempo no lo es.

Mi aplicación particular de levantar cosas pesadas se ciñe casi exclusivamente al entrenamiento en el gimnasio. Suelo hacer 3 sesiones semanales de 30 minutos. Mi forma de organizarlas es por grupos musculares, entrenando pecho, hombros y tríceps un día; piernas, otro día; y espalda y bíceps otro distinto. En otros momentos de mi vida he entrenado incluso 5 veces por semana y en algunas ocasiones durante más de una hora al día. La aproximación actual me parece más sana, adecuada, y aprovecho mejor el tiempo debido a su corta duración. 3 sesiones semanales permiten dejar al cuerpo descansar días alternos y esto es beneficioso para la recuperación de una sesión y el buen rendimiento de la siguiente. Por supuesto, cuando surge la posibilidad de levantar algo, me apunto a ello. En el que ya es mi ex trabajo como camarero, me gustaba llevar las cajas de bebidas o de palillos (orientales, de los comer, no de los dientes, que pesan bastante) del almacén a la barra. También disfrutaba comprobando los chicles de las mesas. Esto consiste en agacharse para ver si hay algún chicle pegado en los bancos/mesas. Yo lo solía hacer apoyando los pies en el suelo y las manos entre dos bancos, haciendo como unas flexiones de pecho. Así, la "cosa pesada" es mi propio cuerpo, ya que una forma válida de entrenamiento, además de con pesos externos, es cargando con uno mismo, aunque eso es harina de otro costal (que expresión tan poco paleolítica me ha quedado).


Imagen: agymlife.com

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